Con sólo 22 años, la fotógrafa de moda Martyna Galla es una fuerza a tener en cuenta. Ha acumulado una lista de clientes que incluye a Avon, Universal Music y Elle; éxito que atribuye a su insaciable entusiasmo por crear imágenes. Criada en una pequeña ciudad cerca de Varsovia, la floreciente adolescente descubrió el medio cuando le regalaron su primera cámara a los 14 años. Galla empezó a fotografiar a su hermana y a "las chicas más guapas del colegio", y en sólo dos años consiguió su primer trabajo remunerado fotografiando pruebas de modelos en la agencia de modelos de Varsovia D'vision Models.

La oportunidad profesional consolidó las aspiraciones de Galla de labrarse una carrera como fotógrafa y la impulsó a matricularse en la escuela de cine de Łódź (Polonia), donde recibió más formación en fotografía. Ya fuera de la escuela, sus constantes pruebas de rodaje, la inversión periódica en equipo y espacio de estudio, y la ampliación de sus contactos para incluir una gama más amplia de modelos, maquilladores y estilistas han contribuido a su crecimiento.