El neoyorquino Ward Roberts es conocido sobre todo por su fotografía conceptual: imágenes sorprendentes en las que utiliza suaves pasteles que parecen -todo a la vez- parte de nuestra experiencia cotidiana y parte de algo totalmente surrealista. A menudo aborda en su obra temas como la soledad y el aislamiento, y esta exploración continúa en su última serie O.
Cada uno de los sujetos de Roberts es capturado desnudo contra un tenue fondo de atardecer, aparentemente desafiando su vulnerabilidad física expuesta. Lo que conecta a cada uno de estos individuos únicos es el Cuerpo -blanco, robusto, un homenaje a las pinturas de principios de siglo- y el Cielo, abarcador y dador de vida. La tranquila serie de Roberts nos anima a superar la soledad y el aislamiento, y a encontrar elementos cotidianos que actúen como puntos de conexión, incluso en ausencia de los demás.
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